martes, 24 de junio de 2008

Ucronías, guiños y autoreferencias en la cf

Según wikipedia, ucronía es “un subgénero de la ciencia ficción que también podría denominarse novela histórica alternativa, ya que se caracteriza porque la trama transcurre en un mundo desarrollado a partir de un punto en el pasado en el que algún acontecimiento sucedió de forma diferente a como lo ha hecho en realidad”. Se me ocurre que existen dos variantes fundamentales. Una es que esos acontecimientos de hecho sucedan de manera diferente, como que tal o cual ejército gane tal guerra, que parece el argumento más típico. Pero otra en que los acontecimientos suceden de manera diferente por la inclusión de elementos “externos” a la Historia, como pueden ser viajes en el tiempo, saltos tecnológicos adelantados a su época, o descubrimientos totalmente inventados (como es el antihielo en la novela homónima de Stephen Baxter).

No soy un especialista en este subgénero, he leído sólo unos pocos libros que se encuadren dentro, aunque quizá por haber leído algún otro relato, o haber leído opiniones sobre determinados libros, o quizá porque el concepto ucronía se ha normalizado y desarrollado en muy diferentes ámbitos ya, me resulta bastante familiar. Mi primera incursión, creo, fue con “La bola de fuego”, de John Christopher (autor al que le estaré eternamente agradecido por su “Trilogía de los trípodes”, que me medio inició en esto de la cf, y por otra trilogía postapocalíptica que escribió de la que no recuerdo el nombre, también publicada por Juvenil Alfaguara). En el libro dos jóvenes son transportados mediante un extraño fenómeno a un mundo paralelo en el que el ejército romano no perdió determinada batalla (siento no recordarlo) y por tanto el imperio romano se ha prolongado hasta el siglo XX, con el consiguiente atraso tecnológico. Curiosa como novela infantil, sin más. Creo que he leído alguna historia similar en esas edades pero no consigo recordarlo. Luego vendrían la ya mencionada “Antihielo”, de Baxter, una buena novela, con un aire totalmente Verne, y un viaje a la luna en pleno siglo XIX. También “El hombre en el castillo”, de Dick, esa excelente novela en la que EEUU perdió la segunda guerra mundial y donde los nazis conquistaron la costa este y los japoneses la oeste. O “El último día de la guerra” (The separation en el original), de Christopher Priest, donde parece ser que Inglaterra y Alemania firmaron la paz en 1941. Y digo parece ser porque, como es habitual en Priest, nada es lo que parece, y asistimos en su novela al habitual baile de percepciones y memorias contradictorias. Sigo pensando que me faltan libros por comentar pero nada, no me acuerdo. Desde luego no he leído algunas de las más reconocidas, como “El sueño de hierro” de Spinrad, donde Hitler acaba emigrado en EEUU y convertido en escritor de cf, o “Tiempos de arroz y sal”, de Kim Stanley Robinson, o “Pavana”, de Keith Roberts. Aunque, por lo que sé, casi es mejor que no me haya acercado a esta última novela, casi todo el mundo la considera un peñazo.

Todo esto viene a cuento de haberme leído “Páginas perdidas”, de Paul Di Filippo, que me ha prestado Amacaballo Fat, compañero de no-asistencia a clase en la facultad, contertulio de ocasionales charlas literarias alcohólicas desbocadas, y persona culta a pesar de sí misma en general. El libro es una conjunción de relatos ucrónicos en los que, desde los años veinte hasta los sesenta, se nos presentan una serie de pasados alternativos, todos ellos poblados por personajes reconocibles, la mayoría escritores de ciencia-ficción, y en los que predominan los guiños, teniendo cada relato un estilo diferenciable. El resultado es interesante. En estos relatos podemos ver a Kafka como un improbable superhéroe de los años 20; a Ana Frank como una estrella hollywoodiense, protagonista de El mago de Oz; a un Antoine de Saint-Exupery intentando reconstruir un mundo arrasado por una plaga mientras conoce a un pequeño (pero ya bastante alucinado) J G Ballard; a Heinlein como presidente de unos Estados Unidos en los que sólo los voluntarios y militares pueden votar; una historia distinta para la clásica revista de CF Astounding, en la que un cambio de Campbell hace que su línea editorial, y el futuro del mundo, cambien radicalmente; un anfetamínico y autodestructivo viaje en los que confluyen Kerouac, Burroughs y Cassady con los científicos Von Neumann y Feynmann, que acaban de reventar la banca en Las Vegas; un mundo inmerso en la tercera guerra mundial en los sesenta, en la que Thomas Pynchon va camino de un triple concierto en Hamburgo de Elvis, las Supremes y los Beatles; a Philip K Dick como un gris y triste dependiente desbordado por los acontecimientos; y a una James Tiptree Jr. directora de la CIA, con Ursula K Le Guin como ayudante, que, junto al hedonista director de una revista, Alfred Bester, contacta con una secta y su líder, Theodore Sturgeon, para hablar sobre visitas extraterrestres.

No sólo los nombres, todos los relatos están plagados de guiños y referencias a la historia, los autores, y sus obras. Este es su lado positivo. Resulta un conjunto de relatos original y muy divertido. Pero también es su lado negativo. Tanto guiño acaba pareciendo una mera suma de momentos de humor, de referencias puestas para que el lector habitual de cf disfrute (el no habitual quizá también, pero seguramente le encuentre menos gracia al asunto), pero que acaba dejando la sensación de que algunos relatos no tienen absolutamente nada de fondo. Quiero decir, a mí me hace gracia ver a Sturgeon como líder de una secta, donde Alfred Bester ve a un tipo con una pintura de tigre maorí en la cara, donde se habla de gestalt, de el amor es el plan, el plan es la muerte, de Tiptree, etc, etc. Soy consciente de que en toda ucronía uno de los “puntos obligados” a tratar es el de presentar a personajes y sitios conocidos con el lavado de cara que obligan las diferentes circunstancias, pero una sucesión de referencias y momentos humorísticos tampoco hace un relato con entidad, y me hace cuestionarme la necesidad de la mera acumulación de gags. De todos modos es un libro recomendable para todo aficionado a la cf, que seguro disfrutará, sobre todo por el sentido del humor de Di Filippo (con el que quizá yo no conecté todo lo que debiera), y porque sí que tiene algún relato y alguna idea notable.

9 comentarios:

Anónimo dijo...

La ucronía me parece un interesante punto de partida para construir buenas ficciones: tergiversar la historia tal como ha sido inscripta, tiene algo de lúdico y de irreverente, que si es bien aprovechado, puede llegar a constituir un gran recurso. Dentro del ámbito más académico se relaciona con la denominada "historia contrafactual".

Yo he leído más bien poquísimas ucronías, y me gustaría acercarme más al sub-género. Con respecto al libro que comentas, habría que ver si tras tanto guiño referencial subyace algo más, o si se queda solamente en eso.

padawan dijo...

intentaré hacerme con el libro :) a mí las ucronías suelen gustarme, aunque he de hacer una excepción con Tiempos de Arroz y Sal, que es un soberano coñazo. Para poder leer un par de ideas buenas, y momentos interesantes, intercala cientos y cientos de páginas insulsas, grises, aburridas.
A otro libro que le tengo ganas es a la ucronía de Roma de Silverberg, muy parecida a la que comentas tú

Pesanervios dijo...

El género de las ucronías es uno de los que más me gustan dentro de la ciencia ficción. Me parece un punto de vista muy original, cuanto menos.

Siempre que te leo referencias a la triología de los trípodes me hace pensar en que nuestras infancias se cruzaron en un punto concreto. Parece una chorrada, pero me gusta, me encanta. Jejeje.

El libro de relatos que comentas tiene una pinta buenísima. Me hace mucha gracia esas propuestas del autor, jejeje. Ese Pynchon en el triple concierto... ¿Será dificil de conseguir?

Un abrazo!

duncan scalion dijo...

Tiempos de arroz y sal no me disgustó, pero si que es fácil dejarlo de lado como no le des un amplio margen de confianza... algo así como un 20% del libro, hasta que decides que mejor llegar al final, aunque sea para comentar que perteneces al club de lectores ucronistas :P


Uf, y respecto a los guiños, ya bastante tuve con "el sopor de los anillos". Su nombre lo dice todo.

Anónimo dijo...

Lo de "persona culta a pesar de sí misma en general" me ha encantado. ¡Pobre hombre!

La ucronía es uno de mis subgéneros favoritos de la ciencia ficción. Te has olvidado de mencionar dos o tres que me encantan, pero aún no he ordenado después de las mudanzas...¡y no me acuerdo de cuáles eran!jeje.

Knut dijo...

Hay que tener el alma de corcho para no disfrutar de una buena ucronia, pardiez!

Yo tengo curiosidad por ver la peli esa en la que los Usa pasan a ser un estado confederado esclavista al ganar la Unión, he visto algún trocito y al menos con los anuncios me he descojonado que es cosa mala, jejeje

Del género tengo predilección por El sueño de Hierro de Spinrad, no sólo es una novela muy entretenida sino que además da una buena patada en los mismísimos al género con esa mala leche que destila tan marca de la casa.

Britania conquistada también es cachonda, aunque se le nota un tanto lo anglosajón. O en plan fantasía curiosa la tetralogía de Ash, mezclando fantasía y cifi con un Cartago con ordenadores curiosísimos y robots golems de piedra.

Pavana, también, aunque a mi me decepcionó un poco... tanto tiempo buscandola generaron unas espectativas tan grandes como alejadas de la realidad. No obstante merece la pena.

Mallorquí tiene también una novela corta que ganó el UPC no sé en qué año, no recuerdo el título, algo de sellos desde luego... y en donde se cuenta una historia alternativa en la que Franco pierde la guerra civil (ains!)

Ya puestos aquel estupendo capítulo de la Star Trek antigua, guionizado por el siempre satisfactorio Harlan Ellison, pero como es norma no recuerdo el título. Algo sobre un planeta al borde del Tiempo o algo asín.

En plan papel higuiénico recuerdo ahora Relampagos del ínclito Dean R. Koontz (dios tenga en su gloria su talento no nato) Repugnante relato de viajes en el tiempo en el que se toca el tema Nazi desde la óptica de un pulpo aquejado de disneytis. Afortunadamente en los libros no se oyen canciones.

Incluso creo que Rafa Marin tiene alguna cosilla también de Hitler y demás.

Es que es un tema con tirón en el género. Para finalizar la encantadora novelita de Michael Bishop dedicada al Otro Dios: La ascensión secreta de Philip K. Dick, en la que incluso se menciona a Frank Miller (era cuando este vivía y sabía hacer arte, es decir, hace ya sus lustros)

Salud y fuerza para mi!

Knut dijo...

Recomiendo muy vivamente, como ucronía además: Guerra Mundial Z.

Es estupenda, a pesar de estar escrita de manera bastante funcional y su autor hijo de Mel Brooks, juas juas juas. Para mi gusto de lo mejor que puedes echarte en cara en el tema de zombies. Se supone que es la parte "censurada" del informe que la ONU la encarga al autor respecto a la Guerra Mundial Zombie. Suena estúpido, lo sé, pero una vez que empiezas no pueres parar. Y joer tiene toda la gracia hacer una ucronia zombie, juas juas juas.

No hay protagonistas, en rigor incluso podría decirse que no es una novela. Reune testimonios de superviventes de la catástrofe, cada cuatro o cinco páginas un relato minúsculo, de personajes muy diferenciados, de forma que va construyendo una cronología de los sucesos con una mala leche sanísima.

Lo mejor es que se ve documentada, que destroza sin pudor nuestas sociedades y toca temas tremendamente modernos.

Sin estar situada desde fechas no es difícil el hacerse una composición del contexto, más o menos entre el ahora y unos añitos si acaso por delante. No todas las historias están al mismo nivel, pero el panorama que constituyen es además de entretenido basdtante inteligente.

Aún cuando tiene todos los tópicos habidos y por haber los elementos novedosos son tantos que resulta tremendamente original.

Si quereis un bestseller playero que agradezca tu inteligencia en lugar de los habituales agentes zombíficos dale una oportunidad.

Entretiene que es cosa mala.

Anónimo dijo...

Como todos los días uno aprende algo nuevo, hoy aprendí que dentro de la ciencia ficción hay subgéneros. Aún siendo lectora a concho, después de una pasada por un ramo que en sus tiempos acá en Chile se llamaba Castellano, odio empezar a tratar de clasificar los libros, simplemente los leo, y me gustan o no, así de simple. En todo caso dentro de las "ucronías", hace poco leí Darwinia, de Robert Charles Wilson. En los albores del siglo 10 toda Europa desaparece y es reemplazada por un continente absolutamente distinto, primigenio tal vez, pero que también tiene su historia. El reemplazo de Europa por otro continente tiene origen en una guerra cósmica, en la cual los humanos (para variar) estamos involucrados. Si bien el libro pareciera estar compuesto por dos historias absolutamente distintas, logra hacer una pega bastante decente y mucho mejor que otras. Aparte de la guerra cósmica, da para pensar como los sucesos están interconectados, pasa b porque antes pasó a, y si a no pasó ¿que ocurre con b???

Knut dijo...

DESCASTAO!

MALAPERSONA!

Ojalá te pille una noche medio ciego de alcohol Juan Manuel de Prada y seas violado a ritmo de subordinada mientras te susurra alguna canción famélica de Tool.

Con lo que se quería, con las esperanzas que había puesta en ti.

Joer, al amor no se le paga con silencio!