viernes, 6 de noviembre de 2009

A new beginning



"A new beginning" es la primera frase que cantan en la primera canción del nuevo disco de Alice in chains: "Black gives way to blue". Toda una declaración de intenciones y uno más de la cantidad de detalles que hacen que este disco guste y convenza (algo nada fácil a priori) a gran cantidad de los fans del grupo, entre los que me incluyo.

La verdad es que tenía mis reservas y no sabía cómo resultaría el disco, más cuando el single adelantado, A looking in view, parecía más una continuación clara del sonido de los discos en solitario de Jerry Cantrell. Pero el resultado me ha convencido sobradamente. Pasada la euforia inicial, aunque todavía enganchado al disco, resulta un conjunto de canciones solidísimo, al que quizá se le puede achacar precisamente eso, que sea un conjunto, no un disco unitario como sí resultaban Dirt o Alice in chains. Hay canciones que recuerdan a esos dos discos, otras al Sap o al Jar of flies, otras a la etapa en solitario de Jerry Cantrell (cuyos discos, Boggy Depot y Degradation trip son altamente recomendables), pero no resulta un conjunto uniforme. Es más una colección de canciones pensada en todo el legado Alice in chains, y con el recuerdo de Layne Staley siempre presente, que un disco pensado como un todo.

Pero, y supongo que influenciado en gran parte por todo el rollo sentimental que tiene el disco para aquellos para los que Alice in chains es un grupo pilar en nuestra vida musical, el disco funciona. Y algunas canciones consiguen transportarte al universo AIC de los noventa, con temazos como Acid Bubble o Private Hell, canción esta última en la que uno casi puede invocar el espíritu de Staley tras esas armonías y que personalmente consigue ponerme los pelos de punta. Last of my kind, Your decision... no voy a nombrar todas las canciones pero realmente las hay muy buenas. Promete para una posible gira (en la que poca gente, creo, se sentirá escandalizada si tocan varias canciones de este disco y no se centran exclusivamente en los hits pasados, como pasa con otros "comebacks") y para posibles proyectos futuros.

Otro aspecto destacable es que prima más ahora la voz de Jerry Cantrell que la de William Duvall, el nuevo cantante que ya estuvo en la gira de hace tres años, y que cumple sobradamente su papel aportando los suficientes matices a su voz. Desde luego el grupo parece perfectamente engrasado, y sabiendo lo que disfrutan Sean Kinney y Mike Inez con esto le auguro un futuro, al menos el inmediato, muy prometedor y feliz tanto para ellos como para los que puedan/podamos verlos en directo.

El título de la entrada también me sirve para empezar, espero, una (otra) nueva etapa en el blog, que he vuelto a dejar muy desatendido. Y no sólo éste, si no todos en general, los de mucha gente a la que aprecio y que me interesa mucho leer. Pero bueno, ha sido un año complicado, confuso y muy, muy, muy disperso. A ver si ahora nos leemos con más asiduidad.
Un saludo.