viernes, 16 de noviembre de 2007

Lasker - Thomas (1912)

Partida histórica y absolutamente espectacular. Edward Lasker, pariente del que fuera campeón del mundo Emanuel Lasker, nos ofrece un prodigio de profundidad de visión, fantasía y atrevimiento. Tras sólo 10 movimientos, bastante razonables todos, la partida, extrañamente, está acabada. Lo que queda es un exilio forzoso del rey que se ve obligado a atravesar todo el tablero, sin opciones. La partida va así:

1. d4, f5
2. Cc3, Cf6
3. Cf3, e6
4. Ag5, Ae7
5. Axf6, Axf6
6. e4, fxe4
7. Cxe4, b6
8. Ce5, 0-0
9. Ad3, Ab7
10. Dh5, De7

Tras lo cual la configuración del tablero está así:


Quizá Thomas no se desarrolla todo lo bien que debiera, permitiendo permanecer ahí demasiado tiempo al caballo de e5, pero tampoco comete errores de bulto. Aunque, como dijo creo que Kasparov, las grandes genialidades y las partidas memorables, requieren de la colaboración de errores del contrario o de planteamientos poco acertados. Lo que sigue es capaz de volar la cabeza al aficionado al ajedrez más experimentado:

11. Dxh7+!!

Increíble sacrificio de dama que gana la partida y condena al rey a un largo periplo lleno de jaques y movimientos forzados:

11... Rxh7
12. Cxf6+, Rh6
13. Ceg4+, Rg5
14. h4+, Rf4
15. g3+, Rf3
16. Ae2+, Rg2
17. Th2+, Rg1
18. Rd2 mate

La posición final es esta:


Una pequeña (por el número de jugadas) gran maravilla, jugada en Londres en 1912. Resulta curioso observar cómo las blancas podrían dar mate una jugada antes con el movimiento 16. Rf1 o 16. 0-0, pero la verdad, esta continua red de jaques, que termina llevando al rey negro a la zona opuesta del tablero, bien merece un movimiento más. Cuando un amigo me pasó esta partida copiada en un folio que todavía conservo, la jugada de mate la había puesto como enroque largo, en vez de rey a d2. La verdad que es un remate que considero todavía más bello que el de la partida real. Y eso que los jaques a la descubierta son particularmente elegantes. Pero no sé, la idea de dar mate enrocándose me parece tan inverosímil y extraña de primeras, que hubiera sido un magnífico colofón. Lo que me lleva a la posibilidad de "mejorar" partidas tras haberse jugado. Tengo por ahí una partida guardada de Alekhine, que algún día pondré, con cinco damas sobre el tablero, que se rumoreaba pudo haber cambiado, alterándola, para crear ese final impactante. Y que es algo que debió hacer con cierta frecuencia. Ahora, con todo informatizado, parece mucho más difícil, pero en 1915...

2 comentarios:

Anónimo dijo...

¡Es fenomenal! Aunque para los que jugamos mucho con el rey nos llene de pavor (ahora mismo, estoy en una partida a distancia con un amigo en la cual mi rey lleva recorrido un periplo importante, y mucho me temo que me deje en un espantoso 4 a 1 en mi contra- ésta es la quinta partida que jugamos-, lo cual dice a las claras lo mal jugador que soy).

En el movimiento 4 creo que debe ser Ag5 el movimiento de las blancas, ¿no? Es que si no, no sale. O yo no lo veo...

Y totalmente de acuerdo contigo: si el final hubiera sido un mate con enroque largo, es para hacer la ola. Por lo menos.

Saludos: Llosef.

Peter Sinclair dijo...

Tienes razón, me equivoqué al transcribirla, es Ag5. Corregido, ¡gracias!