miércoles, 22 de agosto de 2007

Sueños

No conseguía ayer dormir y me puse a desvariar un poco sobre los sueños. La verdad es que me encantan, me abandono y me entrego a ellos con alegría. Los disfruto tanto mientras estoy dormido, sí, lo juro, como cuando me despierto y los recuerdo. Los disfruto pese a que me hayan hecho pasarlo mal. No sé, los considero parte de mí y de mis vivencias en cierta manera. Durante mucho tiempo estuve considerando la idea de irlos anotando para no olvidarlos y porque luego sería curioso leerlos, sobre todo cuando se te repiten sueños de hace años (increíble la sensación de estar dentro del sueño y de repente pensar: "¡coooño! Esto es igual que cuando era más pequeño y soñaba que..."), lo que pasa que al final por pereza o lo que sea, siempre acabo dejándolo pasar. Además resulta curioso cómo se mezclan las distintas influencias de lugares visitados, personas conocidas, películas vistas, libros leídos, etc, todo de una manera confusa y surrealista. Tampoco es que mis sueños sean el colmo de la originalidad ni la paranoia más absoluta, no, pero me resultan curiosos. Ahí va uno de este verano:

Todo comienza con una persecución, típico. Estoy afuera de un edificio grande, parece una inmensa catedral moderna, pero por dentro es como un centro comercial. Voy persiguiendo al tipo a través de grandes espacios abiertos y pasillos, hasta llegar a una especie de torre cuadrada con grandes escaleras de madera. De repente, y no sé por qué, las escaleras hacen un extraño y se pliegan, quedándose rectas, como planos oscilantes, y se caen. Así, mientras estoy tumbado encima de lo que antes eran unas escaleras, veo como se me echa encima una grandísima plancha. Miro al lado y veo que cerca está otra persona, que no sé si era al que perseguía o uno que me ayudaba en la persecución. También le va a caer encima la plancha y va a morir (He de decir que creo que esto viene directamente influenciado por un relato que me impresionó de pequeño. Uno de Sherlock Holmes en el que encierran a uno en una prensa y el tío piensa cómo afrontar la inevitable muerte, si de espaldas para no ver venir la prensa, pero sintiendo cómo cruje su espina dorsal, o de cara, probablemente más rápido, pero más duro por verlo venir).

La siguiente imagen es de mí frente a esa persona (sigo sin saber si era al que perseguía o un amigo), que me mira con un más que evidente desprecio. Yo no lo entiendo, no sé qué pasa. Me lo explica. La plancha destrozó mi cuerpo, pero mi mente, mi alma, mi personalidad o lo que se le quiera llamar, sobrevivió, y como no quería morir, pues elegí que me implantaran todo un cuerpo nuevo para mi mente (cómo pude decidir eso y no acordarme son misterios del sueño). Eso es lo que le hace mirarme con desprecio, el no haber sabido afrontar la muerte y haberme agarrado a la vida a toda costa, buscando un cuerpo nuevo, que le parece de lo más denigrante. Yo ya estoy alucinando pero ahí no acaba la cosa. Resulta que la plancha, al otro (igual debería decir el Otro jejeje) le hizo lo contrario, le destruyó el cerebro, lo que era como persona, pero le dejó el cuerpo intacto. Así que se instaló otra mente y a vivir. Eso por lo visto era mucho menos despreciable que mi opción, no estaba mal visto por la sociedad, lo importante era conservar el cuerpo, no la mente. El cuerpo era la esencia de la persona. Además, a pesar de en realidad ser otra persona, él me juzga como si me conociera, y a mí no me parece un extraño, pues reconozco su cara.

Lo siguiente es cuando me hablan sobre mi nuevo cuerpo, artificial. Para mantenerlo con vida me enseñan que tengo una batería negra, que por dentro está vacía. La abren y dentro meten una especie de insecto que se mueve a toda hostia, sin parar, y cierran (un insecto que estaba relacionado con no sé qué mono de la jungla, dato absurdo pero que me daban en el sueño). El incesante movimiento de ese insecto dentro de la batería será lo que proporcione vida a mi cuerpo artificial. Yo me acojono. ¿Cómo va a depender mi vida de la de un insecto? ¿Cuánto va a durar mi vida? No saben decirme nada, sólo que mucho, que bastante, pero nunca cifras definitivas. Así que me dedico a buscar pilas (de esas del mp3) para acoplarlas a la batería por si falla o se acaba y poder seguir viviendo. Pero casi no hay, toda la gente utiliza ahora las baterías esas con el insecto. Así que consigo muy pocas, pero las acoplo a la batería y las llevo siempre conmigo.

Después, recuerdo estar en una habitación, con unos cuantos amigos, y estar buscando desesperadamente mis pilas. Me las han escondido y no las encuentro. Les suplico que me digan dónde están pero no dicen nada. Al final las encuentro encima de una estantería y, con un inmenso suspiro de alivio, las vuelvo a acoplar. Un amigo me mira con cara de pena, y me dice algo parecido a "qué bajo has caído, dependiendo de eso". Y yo le gritó, nervioso: "¡joder, es mi vida! ¡quieres que la deje al azar! ¡cómo voy a seguir adelante sin saber cuándo se me puede acabar la batería!". Y, que yo sepa, ese era el final. Al poco me desperté. Pero, en la lenta toma de conciencia que suelo tener, recuerdo pensar, todavía más dormido que despierto, algo como, uf, estoy bien, no dependo de pilas, tengo mi cuerpo intacto, menos mal, ha sido un sueño.

10 comentarios:

Knut dijo...

Coño!!! Creo que es lo más largo que te he leido desde que te conozco. Gracias, muchas gracias!!!

Me ha encantado, y eso que dices que tus sueños no son nada extraordinarios. Juas juas juas, de verdad que me ha gustado mucho descubrir esta faceta tuya.

Yo también tengo sueños "raros", los he disfrutado toda la vida, sobre todo por su absurdez. Me gustan aquellos en los que descubro en casa túneles que me llevan a bodegas cargadas de vinos exóticos o raros. O todas las veces que he soñado el fin del mundo, con éxodo humano incluido, en esas ocasiones cuando despierto aún cuando he perdido a mi hija y en rigor a casi todo al que quiero no puedo evitar pensar... Uufff qué Guaaapoooo!!!

Juas juas juas

Un abrazo colega, sigue así, con post largos joer. Sé un bocas tu también.

PD: El Otro, juas juas juas XD

padawan dijo...

yo también he pensado a veces en anotar sueños, sobre todo algunos sueños extraños, pero con un cierto tipo de extraña coherencia... de casi todos mis sueños, lo que mejor recuerdo son los lugares donde ocurren, extrañas mezclas entre sitios reales e inventados.

por otra parte, interesante reflexión sobre el culto al cuerpo :p

Unknown dijo...

Vaya sueño más... no sé. :o
Daría para un par de relatos paranoicos.

Yo acostumbro a olvidarlos pocos segundos después de despertar. Sin embargo, la sensación de alivio y bienestar al volver a la 'realidad' sí recuerdo tenerla a menudo.

Anónimo dijo...

Mis sueños no acostumbran de ser tan complejos, o quizá si sean de la misma complejidad, pero no de un nivel de detalle similar. Y de ser tan largos, recuerdo mucho menos.

Yo también creo que es lo más largo que recuerdo haberte leído, te animo a seguir así. De regalo, yo voy a poner un sueño que he tenido, un tanto recurrente, y que cuando se produce lo empiezo a tener con cierta frecuencia durante unos días. Y creeme, cuando eso da miedo ir a dormir.

Sería algo así:

Yo estoy durmiendo. Y me despierto, y entonces siento que no soy capaz de moverme. Intento mover los brazos, las piernas, la cabeza, abrir los ojos..absolutamente ninguna reacción. Entonces me empiezo a a angustiar, y me despierto. Otra vez me encuentro en esa misma situación, pero hay algo que me sujeta, a veces ese algo me impide respirar. Y yo pienso 'es un sueño, despiértate'. Pero en vano, me despierto y me encuentro otra vez en esa situación...hasta que finalmente me despierto realmente. Pero quizá pueda anidar cuatro o cinco falsos horribles despertares de esos seguidos...buff. Tela.

Anónimo dijo...

Ése sueño daría para ser incluido en una especie de antología de sueños fantásticos (vaya, que no todos los sueños son necesariamente fantásticos).

También he evaluado la posibilidad de anotar alguno de mis sueños, pero nunca he conseguido lograr tal nivel de detalle, o bien, cuando lo recuerdo perfectamente, el sueño no me parece digno de ser trasladado al papel.

A ver si sigues poniendo por aquí algún que otro sueño de ese calibre, puesto que siempre da gusto leer las experiencias oníricas ajenas tan bien redactadas.

Cyric dijo...

Joder Iar xD
Yo generalmente no me acuerdo de mis sueños, pero es cierto que la mayoría de los que recuerdo son tan raros que carecen de pies ni cabeza, por ejemplo una parte del sueño que tuve anoche era que me estaba afeitando en una tienda de gominolas y demás (típico kiosko de barrio) de donde yo vivía antes, y que me estaba afeitando con el mando de la TV de casa o_O

Yo creo que deberías dejar las drogas iar...y yo también xD

La Pimpinela Escarlata dijo...

Hola. Pues es normal que los sueños sean raros, su lógica es una aparente falta de ella. Aunque bien es cierto que algunos los tenemos más raros que otros,je,je.

Yo casi nunca me acuerdo de ellos. Aunque durante una temporada tenía una curiosa clase de sueño, que se repetía de vez en cuando, incluso ahora. Se trataba de sueños en que era perseguido por lo que fuese, monstruos, policías, ejércitos, lo que fuese, pero siempre me las arreglaba para escapar, siempre hacía algo que me hacía escapar. Incluso cuando el sueño se cerraba para mal para mí había una especie de Deux Es Machina para acabar con ese final. Vamos que quizá debería ponerme a escribir,je,je,je.

Miedador dijo...

Te encontré.

Te leo.

T-Bone

Peter Sinclair dijo...

¡Hombre, T!

La lectura será recíproca.

agnes dijo...

vaya pedazo de sueño...
yo no me suelo acordar de mis sueño, algún pequeño detalle o poco más... solo uno que se ha repetido en varias ocasiones, en el cual huia y luchaba contra una especie de cyborg y que acababa ganando cuando ya creia perder, con solo desenchufar al bicho ... vamos... ejem..
pero ese nivel de detalle es espectacular :D

me ha encantado ^^