jueves, 3 de mayo de 2012

Escribir

"Me asaltaron unos celos salvajes que treinta años después todavía no se han apaciguado. Madre de Dios, qué material. Era original, era nuevo, era bellísimo. Y quizás no fuera bellísimo, quizás ni siquiera bello, quizás fuera incluso feo. Pero casaba endemoniadamente conmigo, se me parecía, me daba la sensación de ser yo. Eran una por una las cosas que yo habría querido escribir y no era capaz de escribir. Mi mundo, mis gustos, mis odios. Me gustaba con locura. ¿Admiración? No. Rabia sólo, pero fortísima: alguien que había hecho exactamente las cosas que yo había soñado hacer desde niño sin conseguirlo. Una coincidencia extraordinaria, ciertamente. Y ahora, cuando publicara sus cosas, ese miserable me cortaría el camino. Él pasaría antes por ese reino misterioso en el que yo, por medio de una última esperanza, todavía me hacía ilusiones de poder entrar. ¿Qué papel haría yo suponiendo que algún día la inspiración por fin acudiera en mi ayuda? El del copión, el del tramposo."

Dino Buzzati en "Muy confidencial al señor director", relato incluído en "Los siete mensajeros y otros relatos"

2 comentarios:

Anónimo dijo...

El blog "Vagabundeo resplandeciente", que tenés linqueado está contruido en su mayor parte por notas plagiadas de la revista Ñ que el autor o autora asume como propias e incluso tiene el tupé de agradecer los elogios.

Anónimo dijo...

¡Dos años después!es una buena entrada para volver...

(No soy un robot)

Demostrado queda.