Greg Egan consigue en El instante aleph el más difícil todavía. Presenta un cóctel de ciencia, cyberpunk, reflexiones sociales, políticas, filosóficas, y metafísica, realmente explosivo y que llega a aturdir al lector. La historia, ambientada a mediados de siglo, en una sociedad totalmente biotecnificada, nos presenta a Andrew Worth, un periodista especializado en divulgación científica, que en primera persona nos cuenta su último trabajo, un documental llamado “adn basura”, y cómo, rechazando investigar una nueva enfermedad mental llamada Angustia, consigue que le envíen a cubrir un Congreso de físicos en la isla artificial de Anarkia, donde se presentarán algunas candidatas a la TOE, la Teoría del Todo tras la que tantos físicos andan. Las cosas se complican, hay muchos intereses de todo tipo detrás y las revelaciones se suceden hasta un epatante final.
La verdad es que Egan plantea tantos temas que se podría estar hablando días y días sobre ellos, y desarrollar extensísimos textos. De manera más breve apuntaré algunos de los que surgen. Está el peligro de, en una sociedad con una biotecnología tan avanzada, de crear auténticas élites, que alteren sus características genéticas de manera que sean inmunes a las enfermedades y contagios comunes, llegando a poder preparar sus propias armas biológicas. Es un tema que ya quedaba sugerido en el relato “El foso”, recogido en la excepcional recopilación que supone Axiomático. En el escalofriante primer capítulo asistimos a la posibilidad de que una ciencia ultratecnificada sea capaz de reanimar un cadáver, de, por unos segundos, volver a insuflar vida y recuperar una chispa de conciencia que permita hacer preguntas a la víctima sobre su propio asesinato. Como digo, escalofriante, pero muy interesante en cuanto a lo que plantea sobre conciencia e identidad.
En una sociedad en la que la red ha hecho que la gente abandone los centros humanos de las ciudades, que pasan a denominarse Las Ruinas, hay grupos de personas que reclaman su derecho a una protesta tanto activa como pasiva contra las tendencias dominantes. Así surgen, por ejemplo, los Autistas Voluntarios, que reclaman su derecho a extirparse una zona del cerebro y excluirse del común de las relaciones sociales, que consideran un lastre y algo en realidad artificial. Como medio de protesta ante los roles sexuales otra gente ha decidido tornarse ásex, y otras variantes, de manera que consiguen no tener un sexo definido, o no tenerlo en absoluto, extirpándose hasta la necesidad física del deseo (hecho que da lugar a todo un problema en la traducción, pues en castellano no existe género neutro -con el que se designa a los ásex- como en inglés. El resultado choca a la vista, pero no puedo más que compadecer al traductor que se haya visto en semejante embrollo). En todo el libro hay permanentes detalles que nos hablan de la presión que la sociedad ejerce en el individuo y la imperiosa necesidad que tiene este de marcar diferencias, de distanciarse, llegando a decisiones tan radicales como estas.
Egan nos habla de los peligros de una sociedad tan ultratecnificada, pero también de los peligros de las sectas y grupos radicales que se oponen al conocimiento científico, que no desean que todo sea revelado. Muestra también los prejuicios hacia la ciencia en ciertas partes del mundo considerándolo como algo occidental o propio del primer mundo, mientras la gente se encamina hacia una espiritualidad mal entendida. A la vez, las megacorporaciones son capaces de hacer y deshacer casi a voluntad, y el único atisbo de libertad parecer ser la isla de Anarkia (Stateless en el original, como me apuntó Noal), en la que todo parece funcionar casi a la perfección, sin grandes altercados, gracias, aparentemente a la buena voluntad de la gente. Y la isla se revela al final como perfecta metáfora de lo que Egan quiere mostrar con El instante aleph, que es ese momento en el que, formulada la tan esperada TOE, esta adquiera valor por sí misma, y llegue a reformular el universo. Resulta interesante toda la disquisición entre física y teoría de la información, creo que haría las delicias de un profesor de Física Estadística que tuve. Desde luego todo lo relacionado con Anarkia y la conciencia y convencimiento que mueve a la gente que la habita es una de las reflexiones más interesantes del libro. Y el clima mundial, y las distintas corrientes, tanto en cuanto a corrientes políticas, como las corporaciones, como las sectas y grupos de presión, están muy conseguidos.
También encontramos críticas al solipsismo más acérrimo, pues Egan pretende todo lo contrario, me atrevería a decir que este libro es totalmente gnóstico, si después de tanto oír sobre el tema he comprendido qué significa. Y más y más temas, todo adornado con un fondo científico muy fuerte, hasta llegar a ese espectacular y emotivísimo final, en el que, después de formulada la TOE, no sólo la verdad es revelada a Andrew Worth, si no que en cierta manera también al lector se le somete a una revelación. No digo más pero desde luego es un final que marca y que perdura.
Lo malo es que Egan hace el transcurrir del libro demasiado farragoso en ocasiones, con demasiadas referencias científicas, algunos saltos en la trama que no la terminan de ubicar en distopía cyberpunk, relato policial, análisis científico, político... Así que como conjunto flojea un poco y no ha llegado a gustarme tanto como Ciudad Permutación y Axiomático. Lo que pasa que tanta carga de temas de interés, y ese maravilloso final hacen de El instante aleph un libro muy, muy recomendable. Necesario, diría yo. Y un lujo sobre el que poder hablar largo y tendido, más allá de estas breves y dispersas líneas, si se tiene la suerte de poder comentarlo con algún otro lector, pues como creo que Egan mismo piensa, la experiencia solitaria no da sentido a la existencia total, es necesario compartirla, y crearla en conjunto.
9 comentarios:
Coño, claro que es una novela Gnóstica, Una de las Tres, para ser conciso, jejeje.
A mi me pareción tan acojonantemente apabullador la abalancha de reflexiones que con toda franqueza la historia en sí misma me la pela. Admito que por momentos es hasta tontorrona, pero por lo demás repito qeu me da igual.
Y que conste, si me parece Hard no es por la descripción tecnológica detallada y demás zarandajas. Eso es al final como empozoñarse en un libro de reglas para jugar al rol. Es hard porque todo va encaminado a promover la reflexión y especulación.
Es gnóstico por lo que implica su final, a nivel metafísico. Pero también lo es por todo el planteamiento general. Conocer es comprender y en esencia: no hay límites.
Yo lloré como un niño con el final, representa como gnóstico que soy (a pesar del escepticismo, o quizás por él mismo) parte de la esencia de mi fe. Todo es comprensible, no como elementos diferenciados sino en el ámplio sentido de Todo.
La denuncia al oscurantismo, al cegarse voluntariamente, a lo borregil me parece brutal.
Porque por ejemplo lo del autismo no es sólo algo chachi propio dela cifi post 3Bs sino que plantea un problema de por si interesantísimo, que conecta con algo tan misterioso como el ¿qué es la empatía humana? Yo quiero ser solipsista, al menos un rato, jejeje...
En fin, me alegra que pro fin lo leyeras... ya era hora, pardiez.
PD: Lo de "pocas líneas" es una coña, ¿verdad? A mi ya no me salen ladrillos como los tuyos. Juas, juas, juas...
jejejeje, bueno, pero son unas líneas de repaso de la trama, no de análisis profundo y metafísico xD
Una de las Tres. A ver, El instante aleph, Valis... ¿y la otra?
De acuerdo en lo que mencionas del autismo. No lo expliqué bien pero es que es eso lo que lo hace acojonante, la reflexión en torno a la empatía humana (una pasada también la escena con el colega colocado de Andrew). Y eso, es que es tal avalancha que uno no puede hacer si no rendirse.
También de acuerdo en lo de Hard. De hecho toda la descripción tecnológica lo encuadra más hacia el cyberpunk que otra cosa. Pero amigo, cuando empiezan con la información y el conocimiento... eso ya es otra cosa.
He tardado en leerlo porque estaba descatalogado y muy difícil de encontrar (y leer en e-book todavía se me hace pesado). Hasta que un día buscando en una librería se lo comenté al tío y buscó por fondos editoriales o almacenes y me consiguió un ejemplar hace un mes o así. De lujo. Me gustaría leer Cuarentena pero no sé cómo está de fácil el conseguirlo. Si no, tengo Teranesia en la estantería para más adelante.
Ante todo un saludo. Es la primera vez que posteo por aquí, aunque lo llevo siguiendo desde que lo iniciaste.
La verdad es que entender El instante Aleph en toda la extensión de ideas que Egan despliega,me parece una tarea imposible con una sola lectura.
La primera vez lo leí me centre en toda la parte científica y metafísica, que literalmente maraviló (Cabe recordar que Egan es un colaborador habitual J.Baez, uno de los "gurues" de las TOEs).
La segunda lectura, coincidente con la lectura de Axiomático me llevo a una lectura mucho más a la Lem . Mucho mas humana, en la linea que comenta Knut.
La crítica al borregismo militante que esta presente en todas las obras de Egan aquí esta especialmente presente. Como también a crítica a la sociedad neo-liberal en la que vivimos donde algunos piensan que cosas como la libertad de actuar y el conocimiento científico tiene propiedad.
Esta segunda lectura, me hizo ver a un Egan mucho mas cercano al de los relatos como "El foso" que tu mismo mencionas que al escritor incompresible que algunos venden por ahí.
Egan demuestra en esta novela que utilizar el rigor científico no implica no emitir un mensaje con un contenido social y filosofico tan contundente.( Aunque cierto autor polaco ya lo había demostrado cuando Egan ni siquiera sabía lo que era una derivada).
Gran entrada iarsang. Me alegro de que tu ego haya sucumbido.
Nos leemos.
Un saludo.
Vaya, muchas gracias por tu comentario Legna. La verdad es que también leo tu blog de vez en cuando y hace una semana estuve a punto de dejar un comentario en la excelente entrada sobre 2001 pero al final me dio corte o no se qué y no dejé nada. La próxima vez que tenga algo que decir prometo lanzarme.
¡saludos!
Excelente comentario, Iarsang.
La verdad la novela no sólo engancha, sino que como ya dijeron mis hermanos acá presentes, es una avalancha de información y puntos de vista interesantes y no sólo provocadores, sino que creo son parte de la visión del mundo (por no usar el palabro alemán aquel) necesaria para enfrentar este naciente siglo, son parte del bagaje intelectual en el que se sustenta implícitamente mucho de lo que se hace tanto a nivel tecnológico como a nivel de lucha social.
Para mí esta novela fue esencial, no pude dejar de beberla hasta que la terminé. Si dormí esa noche fue porque el libro no es para atacarlo con la cabeza nublada por el sueño.
Me identifiqué muchísimo con Violet Mosala, salvando las distancias, claro. Ser acusado de traidor a tu "cultura" por abrazar algo universal, por buscar el conocimiento y oponerse al oscurantismo, eso marca. Imagino que Egan extrapoló (grandemente, emo) lo que sentía cada vez que le decían algo acerca de la CF australiana y su contribución a la misma.
Y yo no soy gnóstico, (aunque quizás sí lo sea) pero también me conmovió el final de la novela. Hasta los tuétanos. Y como vindicador de la ciencia, el poema de Muteba Kazadi no pudo estar mejor. La actitud de resistencia no violenta e inteligente por parte de los Sinestadinos (me niego a llamar a ese sueño Anarkia, suena a letra de SKP)me parece mucho más adecuada y realista que las esperpénticas fantasías masturbatorias de ciertos anarquistas de mercado (más referencias, The Peacemaker de Vernor Vinge).
Me gustó también la refrencia a relatos de Egan como "El foso" y otro, por traducir, creo, "Chaff", que sitúan todo en un contexto, adecuado para los forofos de Egan.
Gracias por esta entrada, colega.
Y de nuevo, da gusto ver a los colegas de siempre reunirse junto al fuego, a escuchar una historia, como nuestros antepasados hace tantos miles de años...
Dijiste:
"Una de las Tres. A ver, El instante aleph, Valis... ¿y la otra?"
Jejejeje, se me pasó el contestarte, para mi Solaris. Porque es un mazazo a la gnosis y dado el gusto de esta por las oposiciones y el 3, pues hay que incluir el polo negativo, la antítesis, ya sabes.
Que acertada esa trilogía que menciona Knut, como tres puntos de vista sobre el acceso (no acceso) al conocimiento.
Yo me decanto por poner a Egan en un extremo y a Lem en el otro. Ya lo comentamos hace un tiempo por ahí.
La cuestión es donde poner a PKD, Valis en este caso, pues el intento de acceso al conocimiento en Valis, es radicalmente diferente al de Solaris o El Instante Aleph, donde es el ser humano el que intenta por sus medios disponibles acceder al conocimiento (Quizá la palabra Ciencia en este caso se nos quede pequeña). La vía "mistica" que se propone en Valis me parece algo mucho mas cercano a lo religioso que en Egan y Lem (básicamente por que estos pasan olímpicamente de esta).
Nos leemos.
Un saludo.
PS: Por cierto, coincido con lo que comenta Noal, es muy agradable volver a sentarse junto al fuego.
Por lo general las doctrinas gnósticas (y no me refiero en exclusividad a las de origen cristiano) suelen especial énfasis en el hecho de que si el conocimiento es posible es precisamente porque existe un Corpus que lo permite.
A mi me gusta de Dick el hecho de que es justamente de ese corpus al que cuestiona, pero no en términos de si es real o no, de hecho creo que para él Siempre es real, lo que ya no lo es tanto es la intencionalidad del conocimiento que proporciona y por ende la fiabilidad de este. Porque entonces lo substantivo no es la Verdad sino la Mentira, que no es lo mismo ni mucho menos que la Falsedad.
No es tanto el ¿qué es real? sino ¿qué es mentira y por qué?
Evidentemente Dick introduce a Dios o a una Consciencia Superior, porque se hace necesario el que alguien Mienta a nivel epistémico. Además Valis tiene bastantes chorradas a nivel filosófico, pseudoproblemas que no por ser muy polures y vistosos tienen el menor sentido (recuerdo ahora la tontería de si Dios puede o no crear un abismo que le resulte imposible saltar a él mismo)
Pero qué cojones, es una novela fascinante, por su capacidad de jugar a tantos niveles, por su franqueza y especialmente por lo raro de su planteamiento, en todos los sentidos.
A mi me tienen que enterrar con un ejemplar de estos tres libros, más Una soledad demasiado ruidosa de Hrabal y algún comic de Alan Moore (Watchmen, From Hell y la Cosa del Pantano, jejejeje)
PD: Y tanto que se está calentito aquí, joer, daría mi brazo y el de iarsang por poder tomarme una cerveza con todos vosotros (después de babearos a base de bien con besotes y abrazos miles)!!!!
¿Qué puedo decir yo a estas alturas?. Desde que leí por primera vez la entrada, y los comentarios, he pensado si podría aportar algo o no. Y no creo que pueda decirse mucho más de lo que habéis dicho, o a lo mejor es que no estoy en el mejor momento para reflexionar y escribir estas cosas.
Estoy bastante de acuerdo con Knut en su análisis de Dick, en el que la clave no es la duda de la realidad, sino el miedo a la mentira metafísica. Creo que lo comenta Cappana es su magnífico ensayo.
Eso de la duda de la realidad es lo que sueltan los que quieren darse un aire intelectual para demostrar que leen cosas "profundas" a pesar de ser ciencia ficción y similares.
No hay más que leer cuentos como "La fe de nuestros padres" para ver dónde está la duda en Dick, y que es lo que le preocupa realmente. Incluso la optimista VALIS termina como termina, lo que hay que tener muy en cuenta. ¿Y que representan los androides?. Precisamente el engaño.
Como bien dice Knut lo que acojona a Dick es que realmente exista el demiurgo maligno en una paranoia cartesiana sin llegar a la conclusión simplona optimista del gran pensador gabacho. Todo lo contrario de lo que cree Egan que implicaría obtener una TOE.
Por cierto, como soy muy raro, yo cambiaría en la trilogía "Solaris" por "La investigación".
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